El monitoreo continuo de la actividad también permite detectar Cambios de hábitos.
Una tos persistente, una menor socialización, viajes menos frecuentes, un televisor a mayor volumen, más visitas al baño,...: todos estos cambios pueden ser signos tempranos de deterioro del estado de salud.
El análisis de la actividad durante varias semanas permite detectar automáticamente estos cambios que pueden ponerse en conocimiento del médico y de la familia.
Gracias al monitoreo realizado por nuestro servicio, los cuidadores se liberan de carga mental asociado a la supervisión continua. Pueden volver a centrarse en su trabajo y gestionan mejor su tiempo. Las rondas sistemáticas ya no son necesarias.
Las familias se sienten aliviadas al saber que su ser querido siempre está seguro, en casa o en una institución.